
Semana de la Mujer. Estela Zanlungo nos regala tres textos.
Estela Zanlungo es una de esas autoras que, cada vez que dice con versos, pone su cuerpo y su sentir. Fiel a su filosofía de vida, milita tanto desde la literatura como fuera de ella. Siente el dolor ajeno tan profundo como el propio y empatiza con aquellas/aquellos que no tienen voz.
En esta oportunidad Zanlungo comparte tres poemas para la convocatoria que realizó PAMA (Poesía a Mano Alzada) por el día de la mujer. El posteo está acompañado de la obra plástica de Silva Ariza que nos compartió varios trabajos relacionados con cuestiones de género y su problemática.

Dirán que apareciste,
como cuando buscás alguna cosa durante días
y la encontrás adentro de una bolsa.
¿Adentro de una bolsa se aparece
o se empieza a no estar
o se termina de haber estado
con ganas de bañarse
habiéndose sacado los zapatos, con el pelo
mojado y una toalla en la cabeza?
Desde el nylon
la calle se ve oscura,
el nudo marca el lugar por donde entró la bala.
Nadie se asombraría de encontrarte en la lista:
nos acordamos de tu nombre
como quien dice el de una amiga y al final
absorbemos el ruido de la letra
contra el huesito descarnado.
Aunque nunca lo vayas a saber
cuando te tengan en la boca
como una fruta negra
alguien dirá por vos:
aparecida.
(A quien sea la próxima)

Cuando la fruta esté madura
su peso doblegará la curva de la rama
todo el vigor de la raíz subirá hasta la flor
vendrán insectos
y el viento la envolverá como una red.
Es ley,
lo sabe el universo como sabe
que una estación sucede a otra
y aunque soslayen que nos estamos incubando,
nada podrá evitar que al final del verano el pellejo
se rasgue.
Es ley,
y será lo que deba
como una yegua que echó a andar
en el azote de la noche
y a mediodía ya entendió que si sostiene el tranco
es sólo una cuestión de tiempo.
Entonces, qué hilos ni qué ganchos
ni qué noción de castidad sujetarán la pulpa
este galope de flor abierta
ancho como las ancas de nosotras
cuando nos decidimos a parir.
(Cabalgata)

¿Qué esperan todavía?
La lluvia les apelmaza el pelo
desciende hasta los tacos bajos
y es imposible precisar si es de frío
o de rabia que se baila y se teje.
¿A qué le cantan si no les dan los números?
¿Qué las mantiene húmedas afuera
todo un día y su noche?
¿Qué maleficio las desnuda
como la larva que va a mudar a mariposa
a la vista de todos?
Era seguro que se iban a volver
como escapando
porque el que pierde paga la fiesta de los otros
y se encierra en la casa
hasta que aplaque la vergüenza.
¿Por qué siguen cantando?
(La vigilia)
Estela Zanlungo