«Al bárbaro de le doy paz» es una imperdible obra de Teatro (para adultos) basada en textos de la autora argentina María Elena Walsh que llega de la dramaturgia y dirección de Pablo Gorlero.
La artista que se hizo internacionalmente conocida por sus canciones para niños cuenta en su repertorio con una gran cantidad de producciones que se caracterizan tanto por su calidad como por su profundidad. Parecería ser poco «casual» que en l´líneas generales se desconozca gran parte de la obra de Maria Elena que estaba reservada para los adultos. Sus trabajos siempre comprometidos, críticos y reflexivos, durante años, parecieron quedar a la sombra de sus producciones infantiles. Pero esto, por suerte, es cosa del pasado.

La propuesta teatral de Gorlero -que se está dando en el teatro Picadero- nos invita a «jugar en el bosque, mientras el diablo no está«. El director y dramaturgo aprovecha para desempolvar la siempre valiosa y vigente obra poética y musical de María Elena Walsh (la destinada para adultos y no tanto) y con ella crea una obra increíble que se disfruta de principio a fin.

«Al bárbaro de le doy paz» es un espectáculo que te lleva de viaje por todas las emociones y que propone risas, alegrías, llantos y mucha reflexión. Todo de la mano de la poética profunda -y no siempre conocida- de María Elena.
Las voces y las actuaciones de Mariano Magnífico (Un hombre niño), Flavia Pereda (una enamorada), Deborah Turza (la mujer que protesta) y Julián Pucheta (Magoya), son impecables. Y están acompañados por la precisa y delicada interpretación musical, en vivo, de Juan Ignacio López (piano) y Tito Vanini (percusión).
La escenografía, que cautiva con su sencillez y singularidad, son el pasaje indicado para iniciar a un viaje repleto de geografías teatrales. Un sillón rodeado de diarios y revistas viejas. Una escalera (que lleva a ningún lugar y a todos, a la vez), un pequeño estrado móvil y una silla importante realizada con restos de una máquina de escribir y completada por una gran cantidad de libros son paisajes escénicos elegidos por Gastón Zambón para esta propuesta.
En síntesis, se trata de una obra en la que es imposible no verse reflejado, total o parcialmente, en el espejo teatral que montó Gorlero. Todos somos y fuimos «El hombre niño«, «la mujer que protesta«, «la enamorada» y, también -por desgracia-, «Magoya«, el hombre que creer todo lo que ve y lo que oye en los medios (gráficos y de los otros). «Al bárbaro le doy paz» es un gran trabajo artístico, ideal para llevar al niño y al adulto que conviven dentro nuestro. IMPERDIBLE!!!
Además, comparto la nota que hizo el diario «La Prensa» por la obra de Pablo Gorlero.
