Flavia Carballo, nació en Entre Ríos en 1990. Es una poeta y estudiante de Letras que est´a convencida que la literatura no es un don, sino más bien un oficio que se alimenta y se desarrolla con los años. Es por eso que no deja de trabajar nunca sus letras y se encuentra a la caza de sus nuevas voces literarias.
La escritora -que recientemente fue seleccionada como una de las voces poéticas del encuentro literario nacional «Poesía YA!» (que se realizó en el
Centro Cultural Kirchner), en la categoría Poesía en Voz Alta- tiene un estilo muy particular y cuidado. Según la propia artista sus grandes referentes literarias son Alejandra Pizarnik y Alfonsina Storni, pero su búsqueda de autores y de estilos jamás se detiene.
Una poeta nómada
Aunque nació en Entre Ríos Carballo tiene un interesante peregrinar que la llevó no sólo a vivir, sino también a conocer diferentes culturas, que hoy, se ven reflejadas en sus letras.
Su peregrinar la llevó a San Martín de los Andes. Allí ella formó parte del Colectivo de Escritoras Patagónicas Casa San Martín de los Andes, con ellas publicó la antología poética “Nos queda el Mundo». Algún poema tiene que haber”. También integró la comisión del Centro Editor Municipal de la misma ciudad y colaboró con publicaciones en el blog de literatura perteneciente al Colectivo “Write like a girl” y en la revista literaria digital El Ganso Negro.
Su extenso derrotero la llevó a la bella ciudad de Salta, donde actualmente vive y desempeña su actividad poética.

Trajiste las flores de los sapos en tus ojos
otras atadas al ojal de tu camisa
las dejás acercarse a tu nariz
ante el placer mismo
de tantear la muerte.
Ese pequeño gesto
es el límite
que no debe atravesarse.
Flavia Carballo
Mis pies
relamen los escombros
de la casa donde fui feliz
y me acerco
como las serpientes ante su selva húmeda
que traga los cadáveres de las hortensias
y del bote que se ilumina en su patio.
No le ha pasado el tiempo
ni a sus colores
ni a su nombre.
Mi casa
es el latido
que desfibrila los campos
para robarles el silencio.
Flavia Carballo
Mamá piensa
que mi partida
hizo sangrar la tierra
que desde entonces
un coágulo
invade las flores
y arde en el jardín de la casa.
Aún llora
y lo hace como si hubiera muerto
ella
o yo
las dos.
Nuestras caras
ya no arden entre los malvones
ni juega sobre nuestras cabezas
la sombra del naranjo.
Dejé atrás unos hermanos hermosos
una habitación ahogada
mis poemas huérfanos.
Hubo un día
en que hice sangrar la tierra.
Flavia Carballo
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