
“El faraón y el barco solar y otros cuentos” de Kama Sywor Kamanda
La literatura suele ser pasajes a lugares mágicos. En este caso, la propuesta de Kama Sywor Kamanda, “El faraón y el barco solar y otros cuentos”, nos promete mirar de reojo la cultura africana, sus ricas tradiciones, creencias y simbolismos, por medio de la lente de autor.
El escritor, poeta, novelista, dramaturgo, narrador y ensayista congolés, de origen egipcio, nos invita a iniciar un viaje maravilloso, lleno de magia (amuletos, árboles sin almas, brujas, hadas, hechiceros), por medio de los usos y costumbres del continente negro (los acuerdos de palabra, la entrega de mano de las hijas, dotes, hechizos, etc). Cada una de las cuatro historias, que llevan ilustraciones de Judy, parecen acercarnos la cautivadora esencia de la tradición oral, trayendo enseñanzas, valores y reflexiones que abren la puerta al diálogo tanto íntimo como familiar.
Kamanda lleva adelante su nuevo libro de la mano de un lenguaje accesible. Los recursos literarios no se presentan como un obstáculo, sino que -por el contrario- se transforman en puentes que facilitan el trayecto hacia el objetivo buscado.
El cuento de “La niña embrujada”, la primera estación de este recorrido, es una alegoría que muestra el amor, la lucha y la esperanza del amor filial. Y entre sus líneas deja gestos poéticos, enseñanzas y consejos. La segunda parada es “Las mariposas” un texto, breve (que aquí compartimos), que tiene el foco puesto en la mirada de los otros, los parámetros de belleza y en la necesidad de escuchar y ser escuchado, de mirar y ser mirado y de apreciar y ser apreciado.

La tercera estación de este recorrido nos deja en las puertas de “La joven sin sombra”. Allí, un joven huérfano -que no tiene nada que perder- y una princesa -privada de su sombra- dan forma a este cuento de hadas-amor. La historia que, desesperadamente, parece buscar un final feliz da cuenta como la magia del universo se manifiesta y se pone en acción ante la aparición de las buenas acciones.
“El faraón y el barco solar”, no sólo es el texto más extenso, sino también el punto final de este recorrido literario, que lleva el sello de Just Fiction! Edition. Esta narración da cuenta del poético y doliente mito de la creación de Egipto. Una historia signada por la traición de unos y por la fé de otros. Una hermosa excusa para hablar de aquellos pueblos, como el bantúes, que iniciaron un -éxodo- largo camino (que bien puede ser por medio de un desierto o a través de un mar) para encontrar la tierra prometida.
En síntesis, “El faraón y el barco solar y otros cuentos” es un libro que sirve de presentación, casi iniciático, para descubrir la cultura de la Madre tierra: África.

Kama Sywor Kamanda un rescastista de historias
Kama Sywor Kamanda es un poeta, cuentista y novelista congoleño que, en su obra escrita en francés y luego traducida a varios idiomas, rescata las raíces de antiguas comunidades del Viejo Continente: África.
Para Kamanda lo más importante cuando escribe es: «expresar un mensaje de humanismo. Mostrar lo que África tiene como riqueza cultural. Ser africano no está ligado únicamente al color de la piel. Hay un pasado cultural e histórico evidente», expresó en una oportunidad durante una entrevista.
La bibliografía de Kamanda
Kamanda nació el 1 de noviembre de 1952 en Luebo, Zaire (actual República Democrática del Congo). Se graduó en la Escuela de Periodismo en 1969 y cursó estudios de ciencias políticas hasta 1973, fecha en la que tuvo que abandonar su país y refugiarse en Bélgica debido a sus inquietudes políticas.
Ha publicado diez libros de poemas, entre ellos: Cantos de bruma, Resignaciones, Eclipse de estrellas, La suma de la nada, El exilio de los sueños, Las miríadas de tiempos vividos, Vientos de desventura, Cuando en el alma se agitan los mares -con prefacio de Jean-Baptiste Tati Loutard-, Abrazo de palabras y Sangre de soledades. También ha publicado Los cuentos del Griot (3 tomos) y la novela Lejanas están las orillas del destino, entre otras obras.
En su extenso recorrido literario recibió numerosas distinciones, entre las que se destacan, Premio Paul Verlaine de la Academia Francesa, en 1987; Gran premio literario de África negra, en 1991; Poeta del milenario 2000 (según International Poets Academy); Hombre del año de 2005 (para American Biographical Institute) y Premio Heredia, de la Academia Francesa, en 2009. Además, Kama Kamanda ha sido presidente de la Unión de Escritores Africanos y, durante los últimos años, se ha consagrado únicamente a la literatura y a la defensa de los derechos humanos.

Era un amanecer ardiente, los pueblos aislados en la inmensa
sabana hervorosa detrás de las montañas rocosas, parecían
emblanquecer bajo la acumulación del espeso polvo ocre de la
arenisca que anunciaba la estación seca. Los cantos de los pájaros
atravesaban un cielo lívido.
Aquel día, un genio infeliz decidió, por placer, hacer desaparecer
todas las mariposas de la faz de la tierra. En realidad odiaba a todo
ser bello porque era repulsivo. Era un tramposo empedernido y un
personaje cínico que capturaba todo lo que había de magnífico y
maravilloso para vengarse por su estado.
Al acercarse el mediodía, dos niños, hermano y hermana, jugaban,
corriendo detrás de las mariposas campo a través. Era su juego
favorito. Al girar un camino, vieron un hombre extraño que se
tragaba todas las mariposas. Enfadados, se acercaron a él,
decididos a recriminarle. Su fealdad les asustó, pero la niña en un
súbito arrebato de valentía, le dijo:
Devuélvenos las mariposas! Eres malo!
Sorprendido, el genio dijo para sus adentros,
Estos, ¿por qué se entrometen?
Como se dio cuenta de que eran jovencitos y amables, el genio les
pidió que no tuvieran miedo. Los niños aprovecharon para decirle su
desaprobación y su descontento:
¿Por qué te comes las pobres mariposas?
La naturaleza no ha sido generosa conmigo. Tengo todos los
poderes, salvo el de la belleza. Pero tranquilos, las mariposas
que me trago no mueren, les contestó el genio.
Si sólo se trata de eso, te podemos ayudar, le aseguró el niño.
Te daremos una máscara de belleza, a condición que liberes
a todas las mariposas que has hecho desaparecer de la tierra.
Porque todos los que las capturan, les dejan morir de de frío,
de hambre o de calor extremo.
Conmovido, el genio prometió dejar libre a todos los seres que
tenía retenidos dentro de él. Abrió su barriga, multicolor como un arco iris e inmenso como un horizonte cerrado. Se veían flores
radiantes y plantas de un verde brillante:
Volad, maripositas mías, mirad cómo se ríe y se emociona, el
sol que se levanta! Ahora podéis revolotear en el aire
perfumado de la vida.
De su corazón salieron volando, hacia el alma celeste, millones
de mariposas blancas, amarillas, malvas, así como de color ocre y
ámbar. Volaban, bailaban y revoloteaban. Estaban felices de volver
a ver la luz del día. Hermosas laminitas de azufre se confundían con
la brisa del aire como trocitos dorados. Partículas de esmeralda se
mezclaban con el polvo cristalino que tapaba el cielo, rodeándolos.
Maravillados, los niños tenían el corazón feliz! Encantados de que el
genio hubiera cumplido su promesa, recogieron las flores las más
bellas y le hicieron la máscara la más bonita que se pudiera.
Emanaba de ella perfumes de lo más embriagador.
El genio estaba satisfecho y muy emocionado por tanto afecto.
Cada vez que se ponía la máscara, las mariposas venían a
descansar sobre ella para ennoblecerla con su belleza.
Kama Sywor Kamanda
(Las mariposas)