
«¿La poesía es una religión?» (Audios de ponencias del Encuentro Nacional de Poesía y Crítica 2022)

Hace unos días, En el Centro Cultural y de la Memoria Haroldo Conti (Espacio para la Memoria, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos – Ex ESMA), se realizó un Encuentro Nacional de Poesía y Crítica 2022 «Otra vez Trilce. La vanguardia mañana», que reunió a referentes literarios de Argentina. El encuentro, que duró tres jornadas, contó con mesas de análisis y debate (19), lecturas, entrevistas en vivo, muestras, recitales de poesía y feria de libros de poesía.
La convocatoria, que se realizó a cien años de la primera edición de Trilce de César Vallejo -una de las obras más disruptivas de la poesía universal- tenía como centro a la poesía y propuso un espacio de exposición y de pensamiento de este género literario.
La poesía no es una religión
La mesa N°9 llamada «La poesía no es una religión» -que estaba coordinada por Unai Rivas Campo (escritor y fundador del Grupo La Boca)- tuvo como común denominador la búsqueda de una definición de la poesía. Para ello se reunieron seis voces literarias, con distintos recorridos, y todas provenientes del denominado under literario porteño.
El escritor mexicano Gerardo Montoya giró su ponencia en torno a su disertación: «El poema como artefacto: encriptación y tráfico de información sensible». El poeta salvadoreño César Saravia, una de las voces más frescas y profundas de este presente literario, rondó su participación de la mano de su trabajo llamado: «Del poeta iluminadx a la poesía situada». Mariposa Trash «Mari» desarrolló su participación a partir de una pregunta, movilizante: «¿Cuál es la poesía?». Más tarde fue el turno de los poetas Juan Coronel y Carolina Lesta. Tras su participación, Lesta sembró la semilla del silencio, haciendo en voz alta una pregunta: «¿No será tiempo de escribir menos y de leer más?». La poeta «villera y feminista» (como ella se define), Mara Oviedo, habló del rol de visualización y de empoderamiento que tiene la poesía y el escritor, poeta y coach literario Leandro Murciego centró su ponencia en: qué es la poesía, la importancia del lector, el maridaje de los versos y en la necesidad de democratizar el género.

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Democratizar la poesía
Leandro Murciego basó su disertación en la desmitificación del poeta. Haciendo hincapié en que «Poeta no se nace, si no se hace» y en la democratización de la poesía. En este último punto es vital el rol del poeta. Y dice: aquellos que levanten la bandera de la democratización serán los encargados de «romper con un cierto status Quo. Estos son los que viene a desequilibrar el consabido ecosistema cultural, convirtiéndose en seres peligrosos para aquellos que pretenden sostener la idea que pertenecer a determinados circuitos no es para cualquiera, sino para aquellos que nacieron con el ‘don’. Este concepto, el del “don” está íntimamente emparentado con el origen divino, con la creencia. Este concepto es el que sostiene y da forma a la malhabida frase: ‘poeta se nace’ «.
Y, en otro tramo, Murciego agregó: «Sí la poesía no se entiende, pierde todo sentido. La poesía debe ser inclusiva y uno de los roles necesarios de los poetas es democratizarla. En tiempos donde se habla de la inclusión, la poesía no puede estar ajena. Ésta debería tener como finalidad literaria/política hacer partícipe a todas las personas, fundamentalmente, a aquellas que se encuentran excluidas o segregadas. No sólo es fundamental reparar, sino también incluir a esos otros. Es por ello, que se requiere de la democratización de la poesía y para eso el rol del poeta es vital. Éste es quien tendrá a su cargo las herramientas para facilitar el libre acceso al género. Ser simple y directo -en el decir- no son características ajenas a la poesía. Nunca poético fue sinónimo de inalcanzable o complejo. «
«La poesía es una bomba que le puede explotar a cualquiera»
Escuchá la ponencia del poeta y escritor mexicano Gerardo Montoya, uno de los referentes del Centro PEN. El poema para Montoya es una mula que carga. Un poema, para él, trafica drogas entre fronteras (es decir, la mirada y la voz). Un poema, a su entender, propone la posibilidad de un momento, un efecto de interioridad, un trompo reflexivo que toca (siempre) el cuerpo.
«El poema es un artefacto político que carca con la responsabilidad de decir más de lo que está escrito», sostiene en uno de sus pasajes. El territorio poético, para Montoya, es el reino de las bombas molotov y estas pueden explotar en cualquiera de nosotros. Una ponencia atractiva y poética…

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«La poesía no tiene puntos medios»
El poeta y escritor salvadoreño, César Saravia, es una de las voces más lúcidas y reflexivas de este presente poético de Buenos Aires. Su postura es que la poesía es una búsqueda que no conoce de grises y se apoya para sostener su afirmación en el escritor chileno Raúl Zurita quien sostiene que «el arte tiene vocación de extremo y que la poesía es fascista o revolucionaria«.
La poesía en sí no es revolucionaria
Para «Mari» Mariposa Trash un buen poema es un adelante de la verdad. El buen poema revela, interpela, cuestiona, moviliza. Mari sostiene que en estos tiempos las redes, en especial el Instagram, es una suerte de fusil preparado para romper con el discurso social. Por otra parte, hizo una distinción entre escribir poesía y hacer poesía. Escribir, según Mari, es algo que todos pueden llevar adelante. Ahora, «hacer poesía», es decir, conmover con el escrito no es para cualquiera. Para ella, uno de los principales desafíos de estos tiempos es cómo hacer para que los poetas dejen de escucharse entre elles. Uno de los mayores urgencias que plantea este género literario es el de trascender…

La poesía es el terreno de la posibilidad
Para la poeta y gestora cultural Carolina Lesta la poesía es el terreno de la posibilidad. Ella dejó en claro en su participación la diferencia entre poesía y poema. La primera, a su entender, lleva consigo un gesto, un acto, una emocionalidad que es compartida por diferentes personas, en distintos contextos. Lesta sostuvo que uno de los últimos gestos poéticos fue la muerte de Diego Maradona. Una metáfora personificada que logró atravesar fronteras y culturas, casi de igual modo que como la definición que arriesgó de poema Montoya. En tren de confesiones, Lesta dijo que los poemas que más le gustan son aquellos que ni siquiera sospechan que podrían ser leídos por ella.
Hay que terminar con el mote de que la poesía es algo complicado
Juan Coronel es un poeta que trafica palabras. Que tira versos incendiarios de los que arden en cuanto te tocan. Acostumbrado a recorrer distintos escenarios del under porteño y bonaerense, ofrece una visión lisa y llana -no por ella falta de profundidad- del presente de este género. En su participación afirmó, sin que le tiemble la voz, «los poetas somos los que el sistema no eligió», «los que no sumamos créditos». Y continuó diciendo: «Es momento de acaparar espacios, sumar terrenos». Además, propuso trabajar para «dejar de lado el mote de que la poesía es algo difícil. Difícil de explicar, de leer, de entender, de escribir…» Pero también aclaró que «no todo es poesía y que ella -la poesía- no está en todos lados». Y que ella nos obliga a trabajar, a cuidarla y a dedicarle tiempo.
Escuchá la participación completa de Coronel haciendo clic aquí debajo.
La poesía, una herramienta de visibilización
Mara Oviedo es una poeta villera y militante feminista, según su propia definición. Ella, por medio de los poemas, comenzó a hacer oír su voz fuerte, que por momentos se traduce en poemas crudos, directos y dicientes. Mara definió la poesía como «un tranza que te peina la bolsa».
En su participación sostuvo que «todes pueden escribir poesía», «todes pueden leer poesía», «todes somos poesía, aunque no nos demos cuenta». Y abrió la puerta haciendo una diferenciación «hacer poesía villera es escribir con conciencia, de lo que estás viviendo, de lo que te rodea, de tu familia y del contexto en el que se vive». Planteó que la poesía villera se escribe en los angostos pasillos, bajo los cochazos de la policía, con olor a polvo y sexo y con las «no posibilidades» siempre ahí, siempre presentes.
Sabe, y lo deja muy en claro, que el arte villero para muchos es incómodo, pero esa es la función de les poetas: incomodar. Hacer sonar la voz de los que siempre fueron silenciados; poner sobre la mesa lo que durante mucho tiempo se escondió bajo alfombras.
Escuchá toda la charla de Mara, haciendo clic en la imagen que está aquí debajo.
