Ella supo que la pena era tan grande
que en un duelo no cabría;
tres muertes lloró en un día,
su historia trunca, el presente
y ese futuro que jamás llegaría…
Hoy no hay restos de lo nuestro,
cada uno se hundió con sus muertos
mientras Caronte ardía, uno a uno,
los manojos de recuerdos.
Viuda y deudo de nuestros propios despojos
nos lanzamos a la fuga
para escapar de todo aquello;
tarde comprendimos que no hay exilio
si uno viaja con lo puesto…
Leandro Murciego
(Caronte) *1
*1 En la mitología griega, Caronte o Carón era el barquero del Hades, el encargado de guiar las sombras errantes de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte si tenían un óbolo para pagar el viaje, razón por la cual en la Antigua Grecia los cadáveres se enterraban con una moneda bajo la lengua. Los que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas del Aqueronte, cumplido ese lapso Caronte los porteaba sin cobrarles.