Son sinónimo de lucha, de resistencia: madres y abuelas hoy son bandera. Ellas-como no podía ser de otra manera- nos enseñaron a caminar, a hablar, a gritar, a defender nuestros derechos. Ellas, sí, ellas encendieron la luz -cuando todo estaba oscuro-, levantaron la bandera -cuando nadie se animaba a hacerlo-, alzaron la voz -en medio del silencio-, se hicieron grito, canto, ronda, marcha, ejemplo -que siempre es más que mito-.
Este posteo, que llega con dos textos de la autora cordobesa Alicia Giordanino, es una reinvidicación a las mujeres, que con su accionar nos reparieron como sociedad. Estos trabajos forman parte de su libro “La Rosa Azul”, Editorial Eduvim, 2010.

las madres de una plaza
aún lucen blancos pañuelos mientras esperan la llegada del hijo
y del nieto o del vecino o de ese desconocido
que se subió a sus médulas
y los pañuelos son gaviotas y vuelan
y llegan hasta el cielo de buenos aires
entonces todo se pone color de lo unitivo
y comienzan a salir los dinosaurios de sus cuevas
las aves rapiñas dejan de roer la presa
hasta la misma autoridad se arrodilla al verlas
respeto
silencio
hay un lento caminar de hembras en las baldosas
y aquellos pañuelos
tienen el aura del dolor transmutado.
Alicia Giordanino


desaparecidas
tantas mujeres quedaron sembradas en los campos
sus cabellos adornando la basura
sus manos buscando el perdón y la paz
tantas mujeres quisieron ser un poco más resueltas
leer a gelman, a neruda o a rodolfo walsh
estudiar filosofia o portar una bandera
querer trascender en un poema o en algún cuadro
tal vez en una música venida de un país celta
y las hojas caídas como sus miembros
mutilados sus rostros
ya sin ojos
sólo los huecos
casi mansos en la espera
esperando príncipes que no llegan
que hablen un lenguaje de terciopelo en algún lago
no el mismo lago de la muerte
posiblemente el de los cisnes o el de los sueños
que es lo mismo
soñar eternamente con un planeta en flor
pero hasta dónde llegaron y cómo sus vísceras expuestas a desangrar
sus hijos gestándose apenas y el bisturí verde cortando las almas
mujeres de las naciones desconsoladas
los ideales son como estallidos de conciencia
otro hiroshima en buenos aires
otro nagasaki en chile
y en córdoba las aguas rojas
caen los úteros desde el avión
caen y se multiplican en el dique
y todo parece asegurar
que hay un cielo por venir
que el límite no lo pone nadie más que un ser divino
y todo está bien
porque arriban
las flores a perfumar los cabellos de las damas.
Alicia Giordanino*
- Giordanino: Nació en Ballesteros, provincia de Córdoba en diciembre de 1962. Siendo hija de trabajadores muy sencillos, tuvo la providencia de ir a la Universidad Pública y Gratuita, egresando en 1986 como Licenciada en Letras Modernas de la UNC. Ejerció la docencia a nivel medio. Coordinó talleres literarios. Publicó en diversas antologías compartidas y un libro de su autoría a través de Eduvim (Editorial Universitaria de Villa María). Según ella, «decididamente, más que escribir, prefiere leer». Sin embargo, algo trata de decir con sus creaciones literarias.

La poesía «Desaparecidas»» de Alicia Giordanino estalla de imágenes y figuras. Es un canto revolucionario a la libertad
Hermosa forma de definir a este texto. Gracias Emilio por visitar el blog y por dejar tu sentir. Gran abrazo.
Hermosos versos que plasman una tristeza que jamás terminará.
Así es. Pero entre todos vamos resignicando la memoria y haciendo que se trate de un proceso compartido, social.