
Los jóvenes (res)guardan la memoria
En PAMA (Poesía A Mano Alzada) estamos convencidos de que la memoria es una construcción colectiva. Y que hacer memoria es un ejercicio que debe comenzar a temprana edad. Recordar es volver a las raíces y sólo con ellas se puede seguir creciendo. Este posteo que forma parte del Especial Memoria, Verdad y Justicia tiene producciones de estudiantes de la Escuela de Educación Media N°2 del Distrito Escolar 17 «Rumania» que surgieron a partir de la propuesta de trabajo de Alejandra Boehden (docente de Lengua).
«Una duda que siempre me aparece a la hora de ejercer la docencia es cómo transmitir conocimiento, sensaciones, emociones. Entiendo que la historia, nuestra historia como pueblo, tiene que ser abrazada por estas nuevas generaciones, hijas e hijos de la Democracia. La búsqueda de Memoria, de Verdad y de Justicia es una herencia que, como el traspaso de una experiencia a veces es intransferible. ¿Será que con las Abuelas y Madres ya grandes nos toca a nosotros esa labor sublime de (res)guardar lo que sucedió para que no suceda nunca más?
Los pibes y pibas son capaces de tomar entre sus manos este legado de pañuelos blancos y luchas y, como si fuera una paloma herida, cuidar de la Memoria, entendiendo la importancia de saber quiénes somos y de dónde venimos. En una época de desilusiones e incertidumbres, ellos y ellas serán guardianes de esta Democracia. Una frase muy escuchada en estos días, pero que se hace carne: elijo creer.»
Alejandra Boehden (docente de Lengua).
Los trabajos de los jóvenes
A nuestro entender, en muchos de estos trabajos anida poesía y profunda reflexión. Compartimos algunos de los textos y de las ilustraciones generada por jóvenes que invitan a revernos y a comprender la importancia de la transmisión de valores sociales. Aquí algunas de sus producciones.

Antes jugabamos a las escondidas
y te encontraba,
pero ahora que no jugamos
no te encuentro.
Luna (14 años)

A veces
ni la pintura
ni las planchas
puede tapar
quién soy,
en realidad.
Valería (15 años)

Hay días que espero
a que alguna abuela
me destape los ojos.

Todos los días me despierto
y me pregunto:
¿Quién soy,
en realidad?
David (14 años)

Se durmió siendo alguien
y despertó siendo otra.
GM (14 años)

No sé quién soy,
pero estoy en busca
de mi identidad.

Desperté, estaba oscuro a mi alrededor y hacía frío. Y no entiendo nada. Miré mis manos y podía ver mis huesos. Quedé impactado. Una luz iluminó un espejo. Cuando me miré en él me percaté que era un esqueleto. ¿Qué me pasa? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy?
Se iluminó un faro de luz y había un cartel de una persona desaparecida. Su nombre estaba borroso. No podía leerlo.
Uriel (14 años)

¿Quién soy?
No entiendo por qué
los demás sabén quiénes son.
¿Habrá alguna razón
por la cuál yo no lo sé?
No lo creo.
Quiero creer que no
es nada importante.
Esta pregunta acompañada
por la fuerza de la emoción
de saberlo, ya no me deja ni dormir.
Cada día se hace un misterio,
por qué esta pregunta
me tiene pensando
y esta emoción
me deja dudando.
Lupi (14 años)

Plantamos memoria
El 24 de marzo de 1976 se produjo en la Argentina el último golpe militar. Fueron años muy duros en los que se perdieron muchas vidas. Por eso usamos la expresión: ¡Nunca más! Cada vez que nos referimos a ese período oscuro de nuestra historia.
Lourdes (14 años)

-Sos vos
-No sé
-No sé quién soy
-Quieres descubrirlo
-Si
-Pues, ven conmigo.
Jenifer (14 años)

Cuando manda la imagen
En algunos de los trabajos la imagen se hizo narración, tal fue el caso de Nahiara (de 15 años), para ella la prohibición, el silencio, los secuestros, las desapariciones y las muertes se convirtieron en marcas que nos definieron y nos siguen definiendo.

Para Francisco (de 13 años) la búsqueda de los nietos es una incertidumbre que se convirtió y aún hoy se traduce en un motor y, a la vez, una astilla que no deja de doler. Él entiende que en cada niño, hoy hombre, las abuelas ven posibles nietos. La búsqueda de abuelas no sólo es un hecho de amor sino que además, en cada nieto recuperado se sincera parte de nuestra historia social.

La búsqueda de la identidad, para Guada (14 años), es una estructura que está basada en preguntas. En muchos espacios en blanco que no permiten más que dar forma a incertezas, dudas y miedos. Aquí compartimos este trabajo donde, también, la narración gráfica marca el camino.

