Poesía A Mano Alzada

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Aníbal Costilla: «Impredecible»

El autor catamarqueño, Aníbal Costilla, está convencido que escribir es una forma de burlar a la muerte. Él comenzó a hacerlo durante el colegio secundario. Sus primeros textos fueron, en su mayoría poemas, aunque -de tanto en tanto- también incursionó en el mundo de los cuentos.

Según Costilla, en sus primeros momentos, intentó imitar a algunos poetas españoles y latinoamericanos. «Por aquel entonces, leía bastante. Todo lo que cayera en mis manos, podría decir. Desde poesía hasta novelas históricas, cuentos fantásticos, policiales y biografías, entre otros. Yo quería crear esos universos en los cuales, día a día, me sumergía por placer. Lo intentaba, aunque no lo lograra; hasta que empecé a tomar conciencia del poder de la escritura, del trabajo y del oficio del escritor y, cuando empecé a estudiar para Profesor de Enseñanza Primaria, empezó verdaderamente mi pasión por la creación literaria», comentó Costilla.

La bibliografía de Costilla

Su contacto con las letras fue de muy joven, y ya a los 17 años ensayó su primer poemario. El mismo que, unos años más tarde, vería la luz enriquecido, en 1980. Es docente y escritor. Escribe poesía y cuento. Integra la Antología Federal de Poesía, NOA, Consejo Fed. de Inversiones (2017). Publicó textos en revistas literarias y en los diarios El Liberal y Nuevo Diario. Forma parte de la Antología de Poetas Santiagueños (2013). Publicó, entre otros, los libros De este lado del río (Equinoxio, 2018), Memoria del canto (Camelot América, 2018), Dejarse llevar (Niña Pez Ediciones, 2019), Esto parece eterno (Rangún, Caleta Olivia, 2019), La urdimbre del miedo (Buenos Aires Poetry, 2020), Última oportunidad + 2 Poemas (Arroyo Ediciones, 2021), Antología I, Poesía Circular (Mundar, 2021) y El paraíso podría esperar (Camelot América, 2022).

Aníbal Costilla

Será la mía una antigua muerte
a la sombra de encoyuyados algarrobos musicales.
Puede ser un día lunes
(más adelante lo confirmaré).
En lunes la tranquilidad es más abundante,
menos pobre, menos cansada, ilimitada.
Será la mía una suerte
si ocurriera (aquí lo dudo)
entre perfumes y colores.
Será para todos la muerte mía.
Entonces, encontraré las calles ya sin el polvo
que sube hasta el cielo mezclado con los venenos del viento…
Entonces, abrazaré las flores irreducibles
y miraré a niños sin pobreza con sus guardapolvos
que se percuden en unos ojos teñidos de espanto.
Entonces habré muerto, sin conocerme.
Será una muerte buena.
¡Qué sería si no ocurriese!

Aníbal Costilla
(Impredicible)


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Leandro Murciego • 28 agosto, 2023


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