
Poemas de oficina – Parte 2 – Benedetti
«(…) El primer libro mío que llega a un sector considerable de público no es por cierto ni mi primero, ni mi segundo, ni mi tercer libro; es el octavo: Poemas de la oficina», esta sentencia la elaboró Mario Benedetti, en un reportaje concedido a Ernesto González Bermejo , que se publicó en Casa de las Américas, La Habana, marzo-junio 1971.
Y agregó: «Hasta ese momento publicaba ediciones de quinientos, de mil ejemplares, de las cuales me quedaba la mitad y de la otra mitad, parte regalaba a los amigos. Que era más o menos la situación no sólo de casi todos los escritores de mi generación sino también de los mayores. Hoy en día Poemas de la oficina sigue siendo uno de los libros más vendidos de mi producción»
Volvió el noble trabajo
pucha qué triste
que nos brinda el pan nuestro
pucha qué triste
me meto en el atraso
hastacuandodiosmío
como un vicio tornillo
como cualquier gusano
me meto en el atraso
y el atraso me asfixia,
dos veinte, cinco quince,
me aplasta, me golpea,
once setenta, mil
trescientos veintiuno,
se me perdió una cifra
estaba aquí y ahora
tres falsos contrasientos
gotean de mi bolsillo
alguien llama alguien manda
pucha qué triste
alguien
se metió en el atraso
desordenó las pistas
y en cada diferencia
añadió tres centésimos.
Volvió el noble trabajo
aleluya
qué peste
faltan para el domingo
como siete semanas.
Mario Benedetti
(Lunes)
Ya he sacado mis cuentas
y no le pago
a nadie.
Ni al sastre que me hizo estas solapas
como alas de palomo
ni al pobre almacenero
que no me vende azúcar
ni al Banco que me ahorca
ni al librero que gime
ni al destino que claro no recoge
las tiernas oraciones
que envío contra reembolso.
Ya he sacado mis cuentas
y no le pago
a nadie.
Cobraré el aguinaldo en billetes de uno a uno,
y me iré caminando por Dieciocho
silbando un tango amargo
como otro distraído.
Mario Benedetti
(Aguinaldo)
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