
Esperando al Messias (Eva Murciego y papá)
Un día en un viaje en taxi por Buenos Aires, ella, con tres años, me miró y me dijo:
«Al campeón se le cayó la pelota». La miré con asombro. Eva había arrojado un verso poderoso y puro. Y, en ese momento, le propuse si quería escribir algo conmigo; y que era tan bueno lo que había dicho, que le pedía permiso para poder usarlo en un poema. Ella, chiquitita, me dijo que sí.
El taxista no podía entender nuestro diálogo. Seguramente, pensó que estaba loco. Durante el resto del viaje, fuimos trabajando juntos los dos versos siguientes. Después, ella me dejó el camino despejado para seguir andando sus pasos.
Acá está el resultado. ¿Algo que ver con el fútbol, la política o la vida? Todo puede ser…
Al campeón se le cayó la pelota.
Ya no hay fútbol
ni hechiceros y dragones
en la esquina de García y Boyacá.
No hay diez que maneje
bien la izquierda;
ni lirismo que acompañe a la redonda.
Hoy la diestra se adueñó de la tribuna.
No hay más oles.
Solo piden
pierna fuerte y mano dura.
(Esperando al Messias)
Eva Murciego y papá