Somos índices,
listas interminables de cosas cumplidas y no,
de sueños y fantasías, de angustias y frustraciones.
Somos listas de supermercados,
de cuentas a pagar, de sueños por cobrar,
de íntimas promesas incumplidas…
Somos nóminas pocas veces ordenadas alfabéticamente.
Somos una secuencia de nombres,
algunos propios y otros ajenos;
somos -muy a nuestro pesar- listas.
Listas de teléfonos, de recados,
de prioridades, de deseos (por lo general de otros).
Somos hacedores de inventarios
(que nunca están del todo listos)
y sin darnos cuenta nos vamos convirtiendo
en sumarios de olvidos, índices de recuerdos
-la mayoría de ellos sin sentidos-;
en catálogos malogrados y bien logrados,
de sanas y no tan sanas envidias;
somos un perfecto muestrarios de imperfecciones,
que adolece de todo, menos de final.
Leandro Murciego
(Índices)
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