Comparto este enorme poema de Ema Fernanda Vilches. Una militante comprometida, clara y que no le quita el cuerpo a las causas. Próximo a otro día internacional de la mujer, compartimos este poema que forma parte del libro «Martes Verde» y que deja a la luz una realidad que muchos prefieren no ver.
Una niña de 20 años
Entra a la adultez por la ventana perversa de un barrio del coño urbano
Frente a una estación de tren
Un consultorio que la atrapará con un bisturí dudosamente limpio.
Dicen que curan caries a la vista de otros. Eso dice el cartel.
Dicen que raspan úteros con tornos gigantes
Y minimizan los dolores ocasionados con un analgésico
/y una palmada tambaleante
Como esa niña que se va.
Fragmentos y desidia es a veces estar viva.
La madre toma a la niña de la mano.
Le acaricia el cabello
a la niña se le antojan tamales y cuenta amorosamente las monedas
/ para comprarle uno.
La niña ha tenido una elección desgarradora en todos los sentidos.
No ha podido optar por un lugar luminoso y limpio a la vista
/de todos, y al amor del Estado.
Su madre le sonríe triste y le cuenta cómo a ella también le pasó
/por sobre el cuerpo
1000 años de patriarcado sucio e implacable.
Las dos caminan su casa, y comparten ese silencio de mujeres
/rotas y enteras.
Esa niña fui yo.
Ema Fernanda Vilches
(Poema para la Matria)
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