
Cada confinamiento, un mundo, por Natalia Lorenzo
En la ciudad las luces de los departamentos por las noches, durante la cuarentena, están más encendidas que nunca. Cada lucecita, a la distancia, es un cúmulo de historias. Imaginar cada una de ellas con tan solo hilvanar un manojo de imágenes se convirtió, para muchos, en uno de los principales entretenimientos durante este confinamiento provocado por el coronavirus. Casi como una suerte de Hitchcocks algunos empezamos a dar forma a nuestra propia película.
Este poema de la autora platense Natalia Lorenzo (su segunda producción que forma parte del Especial «Cuarentena Poética») juega con esta idea y le da forma a un cóctel tan atractivo como posible.

Estarán fifando,
auguro desde la ventana.
Ojalá.
¿Qué harán los otros en sus respectivos confinamientos de sábanas perfumadas?
Las abuelas tejen para no pensar
en la tele que aumenta los números
de los cuerpos que se contagian.
Seguro que mi tía, allá en el pueblo,
riega las plantas, sacude las mantas.
Un amigo intelectual
me juró que va a leer toda la obra de Kafka
para después comentarla,
o hacerse cucaracha.
Los operarios lavan el overol,
porque hay que seguir mañana.
En la ciudad, hay olor a empanadas,
torta frita, bizcochuelo y salsa.
Con ollitas de aluminio, muy bien resfregadas.
Se cocina la sopa de verduras,
para inmunizar la ranchada.
Hay pueblo, hay cariño, soledad,
todo lo presiento desde la ventana.
Crece la natalidad, muere la peste
de tedio, de falta.
Acá se sigue haciendo el pan.
Los filósofos se preguntarán el por qué de todos los porqués,
mientras se hierve el café.
Hay tiempo aprovechable
para ordenar el armario,
pulir las vidrazas
sacarse los piojos
revisar las fotos. Llorar.
Crochet,
Ajedrez,
Pinterest,
Abrelatas.
Los niños inventan mediomundos
con una espumadera
pescan cornalitos del aire.
Todos esperan, planean.
Piensan.
Hacen la rutina del gimnasio.
Le entran
al yoga
al instagram
al arroz integral.
Los italianos, cantan.
Los brasileños, bailan.
Los argentinos imaginan conspiraciones,
sueñan el apocalipsis zombie y hacen memes.
Cantidades exorbitantes de memes.
En pantuflas.
Duermen en mayoría.
Se encantan con la serie.
Se fuman algo para relajar algo.
Estarán fifando,
auguro desde la ventana.
Los poetas andaremos
encontrando la cura
con un tecito de palabras.
Natalia Lorenzo