
En las páginas de su libro Salvo el crepúsculo, hay algunas dedicadas a una sección muy particular. «La noche de las amigas» es el título elegido por Cortázar y, a partir de una explicación acerca de su procedencia, nos enteramos de que los poemas que allí figuran fueron escritos en un cuaderno de suavísimo papel y tapas de seda amarilla.
Así como en Rayuela, es un juego el que propone; y diversas mujeres son sus protagonistas: amigas reales e imaginarias, muertas y vivas. Sus cuerpos entremezclados con el tabaco y el alcohol, sus olores, su inanidad y sus letales voces.
Fascinante la lectura de esta sección de Salvo el crepúsculo ya que los poemas que la conforman aparecen editados de puño y letra del propio Cortázar. Algunos, como el que presentamos en esta publicación, con líneas y flechas que invitan a leerlo de ocho maneras diferentes para este blog (*). Rayuela y 62/modelo para armar fueron sus propuestas narrativas para interpelar al lector en el juego de la lectura. En «La noche de las amigas» esta invitación lúdica se transpola en la poesía.
(*) Si descubrís otra forma de leerlo compartila con nosotros mediante un comentario en este posteo.

En su lecho de arena se adormece
una mujer desnuda en una playa
tantos tuviste, en tantos te acarició un insomnio
de fiebre de ventosas de cabellos
de medusas de sexos y de labios
En su lecho de arena se adormece
pero qué acuario de fosfenos
te guarda en su vigilia
de agazapados párpados
donde la forma de tu espalda
con la marea vio llegar tu doble
de espuma y de agua verde
balsa de náufragos mordiéndose
en lentas ceremonias que repiten
irrepetibles zonas del recuerdo,
la noche del testigo
no man’s land que te fija,
indiferente pectoral bruñido
a la respiración lejana de la sombra
donde te esperan tus iguales
una mujer desnuda en una playa
como Juliette y Barbarella y Valentina
pero desnuda para nadie: dándote
a una crueldad de ausencia y sal y bronce
Sí, mas también
las que esta noche
juegan a acompañarte
y a jugar
Julio Cortázar
(Pectoral primero)