La poesía, por lo general, en el mundo editorial es tenida en cuenta como un género menor. En boca de muchos editores o responsables de editoriales, este tipo de obras artísticas no sólo no se venden sino que, además, no cuenta con lectores dispuestos a darle vida. En la vereda de enfrente, un grupo de autores, reconocidos y no tanto, se manifestaron y se siguen manifestando opositores.
Uno de ellos era el gran Julio Cortázar quien no sólo se reconocía íntimamente sino también de manera pública como poeta. Sus textos poéticos, al igual que sus obras narrativas, dan cuenta de una búsqueda de nuevas propuestas y de un desafío constante a las estancas estructuras. Pero no es casual que la voz poética de Cortázar no sea uno de sus aspectos literarios más reconocidos. Por suerte, una gran cantidad de testimonios tanto suyos como de otros reconocidos autores dan cuenta de la relación que Julio Cortázar sostenía con la poesía. Realidad que en más de una ocasión el poeta, profesor y crítico literario argentino Saúl Yurkievich (1931-2005) lo dejó muy en claro:
«Ser poeta fue su primera vocación de escritor. Él la consideraba la cima de lo literario».
Saúl Yurkievich (sobre Julio Cortázar)
Yurkievich, además de conocer a Julio, era un estudioso de su obra y podía ver el gozo del escritor en la construcción de cada uno de sus versos.
«Julio Cortázar es el poeta asiduo que se complace en el ejercicio del verso pero no compila sus poemas».
Saúl Yurkievich
Para hacerle honores al perfil (quizá menos conocido, de Cortázar), el poético, es que en el especial «Que Julio sea Cortázar« publicamos una serie de textos del gran autor argentino que muestran esta encantadora arista suya.

Cuando la rosa que nos mueve
cifre los términos del viaje,
cuando en el tiempo del paisaje
se borre la palabra nieve,
habrá un amor que al fin nos lleve
hasta la barca de pasaje,
y en esta mano sin mensaje
despertará su signo leve.
Creo que soy porque te invento,
alquimia de águila en el viento
desde la arena y las penumbras,
y tú en esa vigilia alientas
la sombra con la que me alumbras
y el murmurar con que me inventas.
Julio Cortázar
(Doble invención)
Nueva Dehli, 1968