
Julios en París, Cortázar y Susana Rinaldi
Dicen que una de las mejores maneras de conocer a una persona es hablar con quienes lo conocen o lo conocieron. Y en este especial sobre Julio Cortázar estamos haciendo algo de ello. En otros posteos, hemos mostrado cómo el poeta, docente e investigador argentino Saúl Yurkievich hablaba de Julio.
En esta ocasión, la pincelada de este retrato literario que estamos armando en PAMA llega de la mano de su tocayo, el escritor peruano Julio Ramón Ribeyro Zúñiga, uno de los amigos que cosechó en París en los tiempos de exilio. En una entrevista que le realizaron en 1986, en Lima, Ribeyro describió a Cortázar:
Era un hombre muy cordial y sencillo; muy amable, sobre todo, con los escritores jóvenes. Cortázar no hablaba mucho de literatura. Cuando se reunía con sus amigos, hablaba de otras cosas: del tango, de la buena comida (le encantaba la buena comida y a mi casa iba siempre a comer cebiche). Era un tipo formidable, imaginativo y brillante. En una ocasión, en que hablábamos de un escritor que él juzgaba anticuado, me dijo que cuando abría sus libros todas las letras salían volando, como una nube de polillas.

«Los dos Julios eran buenos amigos, compartieron espacio en la France Presse y en Unesco. Cuando Cortázar se nacionalizó francés, algunos argentinos se ofrendieron. Ribeyro decía que Cortázar decía que uno no puede vivir siempre en el umbral, hay que ir de un sitio al otro. Es decir, no se puede ser ciudadano de segunda categoría. Ellos, con todo su prestigio literario, eran en París de segunda clase, y Ribeyro entendió el aviso al revés, aunque era muy afrancesado, y decidió volverse y no estar en el umbral en Francia». (del libro El flaco Julio y el escribidor; Julio Ramón Ribeyro y Mario Vargas Llosa)
Para Julio Cortázar la voz de la tana Susana Rinaldi era uno de los tantos puentes que, por las noches, acortaba las distancias y que lograba unir París con Buenos Aires, sin necesidad de tener que salir de su departamento.

No sé lo que hay detrás de tu voz.
Nunca te vi, vos sos los discos
que pueblan por las noches este departamento de París.
Te busqué en Buenos Aires, pero sabés seguro
cuántos espejos de mentira te hacen pifiar la esquina,
como después de andar de bache en bache
acabás con ginebra en un boliche
murmurando la bronca del despiste.
No sé, ya ves, ni como sos,
tengo las fotos de tus discos, gente
que te conoce y te escribe,
paredes de palabras con glicinas
y vos detrás, inalcanzable siempre.
(Y esto que digo Susana
es también la Argentina donde todo
puede esconder la estafa si no sabemos ser
como el farol del barrio, o como aquí sus tangos,
vigías de la noche y la esperanza).
Julio Cortázar
(A la voz de Susana Rinaldi)
Carta de Susana Rinaldi a Julio Cortázar, extraída de un espectáculo de la Tana Rinaldi.