Julio Cortázar escribió «Rayuela» durante su exilio en París. Fue publicada por primera vez en 1963 y es considerada una de las novelas centrales del Boom latinoamericano. Lo maravilloso de este texto es que propone cuatro formas de leerla; es decir, al igual que el título elegido, una manera lúdica de acceder a su argumento. Está conformada por 155 capítulos y narrada en tres partes. La novela plantea un recorrido por el vasto universo de las relaciones entre personajes como su protagonista Horacio Olivera y otros personajes que lo circundan. Como expresó Julio Cortázar en una oportunidad acerca de este texto:
«De alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura».
PAMA presenta, en esta ocasión, cinco frases o fragmentos extraídos de «Rayuela» que hablan de amor, de construcciones, de la propia subjetividad, del otro, de ella…
«Feliz de ella que estaba dentro de la pieza, que tenía derecho de ciudad en todo lo que tocaba y convivía, pez río abajo, hoja en el árbol, nube en el cielo, imagen en el poema. Pez, hoja, nube, imagen: exactamente eso, a menos que…»
…»fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro.»
…»atrayéndose y rechazándose como hace falta si no se quiere que el amor termine en cromo o en romanza sin palabras. Pero el amor, esa palabra…»
«Difícil explicarle que cuanto más frágil y perecedero el armazón, más libertad para hacerlo y deshacerlo.»
«Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña.»