
«La otredad»: una preocupación compartida por Borges y Cortázar
La noción de otredad es habitual en la filosofía, la sociología, la antropología y otras ciencias. Pero no tan común en la literatura. Se trata del reconocimiento del otro como un individuo diferente, que no forma parte de la comunidad propia. Al reconocer la existencia de un otro, la propia persona asume su identidad. Y este abordaje resulta accesible desde la literatura fantástica donde ese otro irrumpe en una realidad y adquiere carácter de verosímil a medida que avanza la historia.
Jorge Luis Borges en muchos de sus textos introduce la mirada del otro como un tema transversal. Para muchos críticos, el recurso de la inclusión de los espejos es una de las tantas herramientas que el autor apelaba para ir en busca de esa otredad-íntima. El juego del espejo sirve para unir, en muchos casos, los binomios: cuerpo y mente; objeto y sujeto; interior y exterior; razón e irracionalidad; fantasía y realidad. En el caso de Borges, el recurso del doble le sirve para cuestionar y construir la identidad, a través de los espejos/reflejos. Sin duda, en esa búsqueda, cuestiona la identidad y nos enfrenta ante la conciencia de los opuestos, el problema del tiempo y las doctrinas idealistas (no ideológicas). En muchas ocasiones, al desdoblar o escindir, Borges genera un vacío intencional en el que entra, trabaja, cuestiona y se cuestiona e interpela.
Borges accede a la otredad propia y ajena, desde el cuestionamiento filosfófico/literario.

Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.Ilustración de Víctor Gallardo
Por su parte, Julio Cortázar también apelaba a la dualidad como herramienta. En muchos de sus textos coquetea entre una situación lógica y otra inverosímil, entre lo real y lo irreal. En Axolotl, Cortázar juega la otredad entre el personaje principal y el ajolote. La observación y el reconocimiento otorgan relevancia y hasta protagonismo a ese anfibio de origen mexicano. Pero más aún terminan por darle voz y hasta convertirlo en narrador.
Borges y Cortázar, desde miradas diferentes, trabajan la existencia de un otro, tomando como punto de partida la diferencia, la observación y el reconocimiento de una individualidad. Eso no hace más que replantearse -y obligar a replantear al lector– su lugar ante la obra y, de este querer, lo invitan a repensar su lugar en el mundo.
» Yo era un axólotl y sabía ahora instantáneamente que ninguna comprensión era posible. Él estaba fuera del acuario, su pensamiento era un pensamiento fuera del acuario. Conociéndolo, siendo él mismo, yo era un axólotl y estaba en mi mundo. El horror venía – lo supe en ese momento – de creerme prisionero en un cuerpo de axólotl, transmigrado a él con mi pensamiento de hombre, enterrado vivo en un axólotl, condenado a moverme lúcidamente entre criaturas insensibles. Pero aquello cesó cuando una para vino a rozarme la cara, cuando moviéndome apenas a un lado vi a un axólotl junto a mí que me miraba, y supe que también él sabía, sin comunicación posible pero tan claramente. O yo estaba también en él, o todos nosotros pensábamos como un hombre, incapaces de expresión, limitados al resplandor dorado de nuestros ojos que miraban la cara del hombre pegada al acuario. «
Julio Cortázar
(Fragmento de «Axolotl»)
» Sentí de golpe la impresión (que según los psicólogos corresponde a los estados de fatiga) de haber vivido ya aquel momento. En la otra punta de mi banco alguien se había sentado. Yo hubiera preferido estar solo, pero no quise levantarme en seguida, para no mostrarme incivil. El otro se había puesto a silbar. Fue entonces cuando ocurrió la primera de las muchas zozobras de esa mañana. Lo que silbaba, lo que trataba de silbar (nunca he sido muy entonado), era el estilo criollo de La tapera de Elías Regules. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y la memoria de Alvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto. Luego vinieron las palabras. Eran las de la décima del principio. La voz no era la de Álvaro, pero quería parecerse a la de Alvaro. La reconocí con horror. «
Jorge Luis Borges
(Fragmento de «El otro»)
Para conocer la visión de ambos escritores sobre lo que significa la literatura fantástica, PAMA invita a disfrutar de estas entrevistas a cada uno de ellos: