Cortázar según Galeano

Julio Cortázar fue homenajeado en muchas oportunidades por varios escritores, la mayoría de renombre. Eduardo Galeano, periodista y escritor uruguayo, fue uno de ellos. Y, además, lo celebró más de una vez.

En una entrevista que la revista «La Maga» le realizó a Galeano en 1994, él manifestó que los unían cuestiones muy profundas «que no eran solamente políticas en el sentido limitado que la gente le da a la palabra
« política», sino una vocación compartida, (…) una pasión de libertad compartida que en los dos pasaba por la magia.»

En la misma entrevista, Galeano sigue elogiando a su compañero de letras: «El mayor mérito literario de Cortázar es habernos ayudado a comprender hasta dónde es natural eso que llamamos sobrenatural. Julio incorporó a la vida cotidiana esas energías secretas que andan en el aire del modo más natural, más espontáneo. No hizo una literatura fantástica opuesta a una literatura de la realidad, sino que hizo una literatura de la realidad y, por lo tanto, hizo una literatura fantástica.»


El texto que presentamos a continuación, «Cortázar» publicado en «El libro de los abrazos», tiene algo de esta pasión por la magia como punto de intersección en la producción de ambos escritores. Lo fantástico de este texto radica en que el narrador trae a ese Julio a una realidad en la que una máquina no sólo modifica la fisonomía a la opuesta que caracterizaba al «enorme» Cortázar (quien padecía de una enfermedad llamada «gigantismo») sino que, al perfeccionarse, las letras del escritor argentino pasan a la inmortalidad.

Julio Cortázar y Eduardo Galeano: dos grandes unidos por la magia.

« Con un solo brazo nos abrazaba a los dos. El brazo era larguísimo, como antes, pero todo el resto se había reducido mucho, y por eso Helena lo soñaba con desconfianza, entre creyendo y no creyendo. Julio Cortázar explicaba que había podido resucitar gracias a una máquina japonesa, que era una máquina muy buena pero que todavía estaba en fase de experimentación, y que por error la máquina lo había dejado enano.
Julio contaba que las emociones de los vivos llegan a los muertos como si fueran cartas, y que él había querido volver a la vida por la mucha pena que le daba la pena que su muerte nos había dado. Además, decía, estar muerto es una cosa que aburre. Julio decía que andaba con ganas de escribir algún cuento sobre eso.
»

Eduardo Galeano

(Cortázar)

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