El poeta José Kózer recibió el Premio Iberoamericano de Poesía 2013
Kózer que nació en La Habana, en 1940, y que vive en los EEUU, desde los 20 años, se define como un poeta «anacolutizador» (derivado de anacoluto: http://www.retoricas.com/2009/06/definicion-de-anacoluto.html ). Dueño de una cabeza parentética que -según él mismo- escribe poemas como churros, escribe poemas orinando, defecando, sudando.
El poeta y ensayista cubano cuenta con libros de poesía de alto vuelo como Este judío de números y letras (1975), Jarrón de las abreviaturas (1980),Dípticos (1998) , Rupestres (2001) , y Trazas (2007), entre otros.
El premio consiste en un diploma, una medalla y la suma de 60.000 dólares, lo que lo sitúa como uno de los más relevantes de habla hispana y la distinción más importante que entrega el Estado chileno.
Uno de sus poemas:
Mi hogar es este espacio… (Ánima)
Mi hogar es este espacio que media entre la coronilla y los pies
(es) el hogar la mano
(diestra) de Guadalupe (abierta) ante mi atónita mirada el
brazo (siniestro) extendido a todo lo largo de su efímera
corpulencia (vegetativa) (ganga) (veta) el cardenillo
cayendo de sus ojos (zarcos) de sus axilas (resplandecientes,
de rubio) pez la voz de Guadalupe al llamarme a la mesa
(¿qué otro hogar?): ni nación ni votos ni palcos ni corros
ni pila bautismal o pila municipal los pilares del mundo real
son sus muslos: lava son del centro ígneo de los tiempos que
corren piedra caliza desmoronándose de sus cimientos a la
(visible) cúpula que el viento horada, a punto de caer: estrépito
del silencio el hogar cuesta abajo disolviéndose concéntrico de
círculo en círculo en su descenso mecánico (astral) al fundamento
de limo (hongos, verdinegros) musgo, enjaezado: un almirez de
teca donde triturar todo aspaviento de conversación más allá de
nuestras implícitas presencias visibles (¿presentidas, adónde?)
a veces de cuerpo entero en una pared recién encalada a veces
formas desfiguradas en dirección contraria o entrecruzándose
en los ejes de una sombra que proyecta la lámpara recién
encendida (¿por cuál mano qué brazo cuáles tentáculos qué uñas
desgarraron la luz?) del techo: zarpa. Triturar unos dientes de
ajo mezclar la sal viva con la vivacidad del aceite de oliva a punto
de chisporrotear en una sartén de cobre de Santa Clara envejecida
(hogar este cuerpo doble buscando el calor del abrazo en la sombra
de una cerámica inamovible proyectada en el suelo del comedor)
ardor, el cardenillo (al caer): hormigas; comején; polillas; carcoma;
el cocuyo visible toda la noche en el trigal: el cocuyo visible toda
la noche en un campo enardecido de altas amapolas que ya alcanzaron
la potestad de Jerusalén: toda la noche la polilla circunscribiendo el
pezón izquierdo de Guadalupe (yacente) a mi lado el cocuyo jaraneando
alrededor de su pezón derecho vivos helechos mis dedos retozando
(carcoma) (cardenillo) (orín) entre sus pelambreras: y reímos. A dos
voces (simultáneas) reímos (reencontrados) en el eje (circular) del
agua que desciende de un círculo a otro por declives apenas perceptibles
rumbo al hogar (único) de esta copa (en alto) vaciada (cuba, vacía): la
volcamos (riendo) de una patada (desternillándonos) se desprenden los
ejes (duelas) flejes vemos (riendo) irrumpir en un bosque (torbellinos)
la huella.
Es ideal acompañar el audio con la lectura.
Sobre el autor:
José Kozer es hijo de emigrantes polacos y checoslovacos. Se estableció en los Estados Unidos donde comenzó su carrera literaria. Escribió más de cuatro mil poemas.
Entre su bibliografía se destaca: Este judío de números y letras (1975), Y si tomaron posesión de las ciudades (1978), Bajo este cien (1983), La garza sin sombras(1985), Carece de causa (1988), Prójimos-intimates (1990), La maquinaria ilimitada (1998), Dípticos (1999), Farándula (1999), entre muchos otros.
Actualmente vive en Hallandale, Florida, Estados Unidos.