Un 3 de septiembre de 1940 nacía en Montevideo, Uruguay, Eduardo Germán María Hughes Galeano. Se crió en el seno de una familia acaudalada y católica. Sin embargo, está considerado como uno de los escritores más renombrados de la izquierda latinoamericana.
Eduardo Galeano siempre estuvo del lado de los sectores más vulnerados en todo sentido: por cuestiones políticas, ideológicas, culturales, religiosas, sociales. Sin embargo, todos estos ejes (por llamarlos de alguna manera) parecieran adquirir un carácter de distópicos frente a la pobreza. Es decir, entendiendo que la distopía es lo opuesto a la utopía, quién referirá mejor que la literatura de los pobres, donde hay un mundo imaginario que se considera indeseable. Y Galeano quiere dar cuenta de ello: del
δυσ (dys), que significa ‘malo’, y τόπος (tópos), que puede traducirse como ‘lugar’.
En el contexto de esta pandemia que nos atraviesa en Argentina, los pobres se visibilizan aún más. La ausencia de trabajo, la imposibilidad de escala social, el hambre, el frío, la enfermedad, tocan a los sectores (ya vulnerables hace unos años) más populares y los convierten -o reconvierten- en protagonistas del azote (para ellos mucho más cruel) de un virus que mata sin pedir permiso.
Eduardo Galeano lo dice muy bien en «Los nadies», texto que compartimos a continuación. PAMA, por su parte, le rinde homenaje en el día de su natalicio presentando un poema de Leandro Murciego quien emplea su pluma (y alma) para, poéticamente, visibilizar al «virus» que ya los venía matando: la pobreza.
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznitas cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tiene cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Eduardo Galeano
(Los nadies)

Carro blanco & negro – Diaz de Vivar, Gustavo (foto tomada en 2012) / clic acá para ver la foto
Venimos de la mancha.
Somos el punto negro,
la falla o el acierto del sistema.
La patria olvidada,
los otros que nunca llegan a ser éstos.
Los innombrables,
la sonrisa socarrona
que jamás entra en la frase.
Somos los que crecen en los bordes,
los que nos ensuciamos con sus mierdas.
Somos “Nosotres”.
Somos lo que suena mal,
lo que molesta.
como dice nuestra bandera.
Leandro Murciego
(Los sin nada)