
Esteban Echeverría. El Matadero. Las cuarentenas. El virus. Los pobres
Un 2 de septiembre de 1805 nació en el Buenos Aires del Virreinato del Río de La Plata José Esteban Echeverría Espinosa. En el día de su natalicio, PAMA le rinde homenaje por su gran huella literaria como forma de protesta y rebelión frente a los sistemas opresivos y autoritarios.
Redactor del Dogma socialista, Esteban Echeverría formó parte de la Generación del ’37 junto con otros escritores como José Mármol, Domingo Faustino Sarmiento, Juan Bautista Alberdi y Juan María Gutiérrez quienes, a partir de la creación del Salón Literario, compartían lecturas de los liberales románticos europeos y discutían nociones inherentes a los ideales de la Revolución de Mayo. Defendieron la libertad del uso de la lengua con la aceptación de todas sus variantes y promovieron la independencia de los modelos españoles.
De esta manera, Esteban Echeverría escribió «El Matadero» entre 1838 y 1840 pero recién fue publicado 31 años después ya que, en ese contexto, no sería posible al tratarse de un texto opositor que denunciaba la política del gobierno de Juan Manuel de Rosas.
En «El Matadero» se cuenta la historia de un joven unitario que llega a un matadero vacuno en la Argentina en los años posteriores a la Revolución de Mayo, durante el gobierno de Rosas. Los trabajadores del matadero, que son federalistas, lo detienen, lo interrogan y lo torturan hasta acabar con su vida. El joven unitario se mantiene firme en su postura defendiendo su ideología hasta ser descuartizado como una res.

Los pobres: el virus
En estas épocas duras, terribles, de aislamiento social, preventivo y obligatorio los grupos sociales de mayor riesgo son los más pobres, los que viven en condiciones paupérrimas: no tienen agua ni qué comer (ni hablar de otras necesidades también básicas sin cubrir). En este contexto los pobres se convierten en «los otros»: los que, mancillados por su condición, deben pagar con su propia vida por el no acceso de los servicios de salud a lugares atestados por el Covid 19. Violencia ejercida desde el poder que decide quién vive y quién no. Está claro que al poder el pobre le molesta o, al menos, no le interesa, es ¿el virus?.
La vigencia de Echeverría: «El Matadero» y la pandemia
«El Matadero» tiene sus bases en la ficcionalización para representar al mundo de «los otros«. Esos «otros» que también, oprimidos por los grupos de poder, no pueden acceder a los alimentos que escaseaban para la sociedad de ese momento. Y, al que se oponía, lo mataban. Violencia ejercida desde el poder de los federales al unitario que se acercó allí en busca de un derecho: el alimento.
«El Matadero» se presenta como un texto realista encuadrado en los dos extremos de la mentalidad romántica: civilizados/bárbaros; materialistas/espiritualistas; vulgares/refinados; feroces/delicados; es decir, las contracaras en las que siempre habrá un «otro».

«Los pobres niños y enfermos se alimentaban con huevos y gallinas, y los gringos y herejotes bramaban por el beef-steak y el asado. La abstinencia de carne era general en el pueblo, que nunca se hizo más digno de la bendición de la iglesia, y así fue que llovieron sobre él millones y millones de indulgencias plenarias. Las gallinas se pusieron a 6 $ y los huevos a 4 reales y el pescado carísimo. No hubo en aquellos días cuaresmales promiscuaciones ni excesos de gula; pero en cambio se fueron derechito al cielo innumerables ánimas y acontecieron cosas que parecen soñadas. «
«Atáronle un pañuelo por la boca y empezaron a tironear sus vestidos. Encogíase el joven, pateaba, hacía rechinar los dientes. Tomaban ora sus miembros la flexibilidad del junco, ora la dureza del fierro y su espina dorsal era el eje de un movimiento parecido al de la serpiente. Gotas de sudor fluían por su rostro grandes como perlas; echaban fuego sus pupilas, su boca espuma, y las venas de su cuello y frente negreaban en relieve sobre su blanco cutis como si estuvieran repletas de sangre.»Fragmentos de «El Matadero» de Esteban Echeverría
«En aquel tiempo los carniceros degolladores del Matadero eran los apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación rosina, y no es difícil imaginarse que federación saldría de sus cabezas y cuchillas. Llamaban ellos salvaje unitario, conforme a la jerga inventada por el Restaurador, patrón de la cofradía, a todo el que no era degollador, carnicero, ni salvaje, ni ladrón; a todo hombre decente y de corazón bien puesto, a todo patriota ilustrado amigo de las luces y de la libertad; y por el suceso anterior puede verse a las claras que el foco de la federación estaba en el Matadero.»
Por otro lado, nada es casual. El cuento inicia con una cuarentena obligada no sólo por los preceptos religiosos de la Cuaresma, que impide comer carne durante un período de 40 días, sino también porque la escasez de alimentos para todos ha aumentado. Y, nuevamente, los grupos de poder deciden para quién todo para nadie nada.
«Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la iglesia adoptando el precepto de Epitecto, sustine abstine (sufre, abstente) ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa, y, como dice el proverbio, busca a la carne. Y como la iglesia tiene ab initio y por delegación directa de Dios el imperio inmaterial sobre las conciencias y estómagos, que en manera alguna pertenecen al individuo, nada más justo y racional que vede lo malo.»
«Pero no es extraño, supuesto que el diablo con la carne suele meterse en el cuerpo y que la iglesia tiene el poder de conjurarlo: el caso es reducir al hombre a una máquina cuyo móvil principal no sea su voluntad sino la de la iglesia y el gobierno. Quizá llegue el día en que sea prohibido respirar aire libre, pasearse y hasta conversar con un amigo, sin permiso de autoridad competente. Así era, poco más o menos, en los felices tiempos de nuestros beatos abuelos que por desgracia vino a turbar la revolución de Mayo.»
Fragmentos de «El Matadero» de Esteban Echeverría
Producción del posteo a cargo de Carolina Bregy
Hacé clic en la producción realizada por CePIA (Centro de Producción e Investigación Audiovisual) sobre el cuento «El Matadero».