Un día como hoy pero de 2009 partía Haydéd Mercedes Sosa, La Negra, una de las artistas populares más transcendentes de nuestro continente. Había nacido un 9 de julio de 1935, en el Jardín de la República, Tucumán. Dueña de una impactante belleza (era descenciente de calchaquíes, franceses y españoles) llegó a cautivar la atención de la gran fotógrafa alemana Annemarie Heinrich.

Mercedes Sosa, fotografía de Annemarie Heinrich.
Marta, para la familia
Su nombre debería haber sido Marta Mercedes pero en pleno registro civil y a minutos de anotarla, su padre, Ernesto Quiterio Sosa, cambió de manera inesperada su nombre. Fue por eso que en el seno familiar nunca se resignaron y la llamaban Marta.
«Mi mamá (Ema Del Carmen Girón) dice que mi papá se olvidó mi nombre adrede cuando me fue a inscribir al Registro Civil. Y me puso Haydeé Mercedes en vez de Marta Mercedes. Mi mamá quería que de primer nombre yo me llamara Marta. Así sin hache: Marta. Claro, como es lógico, en mi casa mandaba mi papá, pero claro, como es lógico, siempre se terminaba haciendo lo que quería mi mamá. Y entonces todos desde que me recuerdo me vienen llamando Marta. Soy la Marta, y me gusta mucho más ser la Marta que Mercedes Sosa. Esto nadie lo cree, pero es así… Al final, puertas adentro las cosas son como las madres quieren, y puertas afuera son como la gente manda. En mi casa definitivamente soy la Marta. Para la gente definitivamente soy la Negra.»
Relata Mercedes Sosa en una entrevista

Mercedes Sosa, que comenzó a cantar en octubre de 1950, fue considerada -por los que saben- como la mayor exponente del folklore argentino y fundadora del Movimiento del Nuevo Cancionero. Pero no se quedó sólo en la faceta folclórica sino que incursionó en diversos géneros como el tango, el rock y el pop. Ella se definió como cantora.
«Cantante es el que puede y cantor el que debe»
Según palabras de Facundo Cabral
Hizo honor a la definición de Cabral y lo dejó de manifiesto en muchos de sus discos como en «Canciones con fundamento» (1965) y «Yo no canto por cantar» (1966). En su voz las canciones volvían a tomar dimensión y sentido. Es así que sus versiones de «Canción con todos» (de Armando Tejada Gómez y César Isella), «Como la cigarra» (María Elena Walsh), «La Maza» (Silvio Rodríguez) y hasta «Sólo le pido a Dios» (León Gieco), entre otras, llegaron a quedar grabadas a fuego en el cancionero popular.
Su voz potente (del tipo contralto), el profundo contenido social de sus letras y su coherente accionar la consolidaron como uno de los referentes culturales de esta parte del mundo. La Negra es recordada como la «Voz de América«, la «Voz de la Tierra» o «Mamá Grande» de la música latinoamericana. Este último título se lo ganó a fuerza de generosidad y de trabajo.

Entendía el arte como una sumatoria de esfuerzos. Cuando conocía a algún artista, joven o no, que no gozara de fama pero sí de calidad, lo convocaba para que participara de sus espectáculos. Así compartió escenario, discos y público con artistas de gran parte del planeta. Ella los cobijaba en su poncho y les abría las ventanas para que continuaran con su vuelo.
Qué unía a Mercedes Sosa, Julio Cortázar, María Elena Walsh y Federico Luppi
Mercedes Sosa, Julio Cortázar, María Elena Walsh y Federico Luppi compartían mucho más que el arte. Todos ellos formaban parte de una extensa lista de artistas prohibidos por el gobierno militar (que ostentó el poder entre 1976 y 1983, en la República Argentina) según documentos encontrados por personal de la Fuerza Aérea, en 2013.

El material confidencial hallado (que consta de unos 1500 archivos secretos) no sólo contenía listas negras sino también planes estratégicos en los que se dejaba en claro: la voluntad de permanecer en el poder hasta 2000, órdenes de cambiar de manos la única fábrica argentina de papel para periódicos e instrucciones para contestar las preguntas de los organismos internacionales sobre las personas desaparecidas.
Según un artículo, que lleva la firma de Alejandro Rebossio y que fue publicado por El País, el material se encontraba ordenado de forma cronológica y temática en un subsuelo del edificio central de la Fuerza Aérea. «Entre los materiales encontrados figuran listas de artistas y periodistas considerados peligrosos para el régimen. Allí estaban los escritores Julio Cortázar y María Elena Walsh, los actores Norma Aleandro, Héctor Alterio, Federico Luppi y Norman Briski, el periodista Osvaldo Bayer y los músicos Mercedes Sosa, Horacio Guaraní, Víctor Heredia, Osvaldo Pugliese y Marilina Ross», revela el artículo.
Reconocimientos
Mercedes, durante su extensa carrera, cosechó una innumerable cantidad de premios y de reconocimientos, entre los que se destacan: Comendador de las Artes y las Letras, Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical (2004), Orden del Mérito Cultural (2008), Premio Grammy latino por mejor álbum folclórico (2009).

Las cinco mejores frases de Mercedes Sosa
Para recordar a nuestra querida Negra Sosa elegimos cinco de sus mejores frases que la pintan de cuerpo entero.
“La cultura es lo único que puede salvar un pueblo, lo único, porque la cultura permite ver la miseria y combatirla. La cultura permite distinguir lo que hay que cambiar y lo que se debe dejar, como la bondad de la gente, el compartir una empanada, un vino…”
“Es un enorme error pensar que el gran cambio tiene que venir desde los partidos políticos. No, tiene que venir desde cada uno. Los seres humanos tenemos que aprender a respetarnos a nosotros mismos y después respetar a los demás. No sé quién dijo que primero tenemos que aprender a tolerar, pero que mejor que eso es aprender a respetar al otro.”
“Toda censura es peligrosa porque detiene el desarrollo cultural de un pueblo.”
“Lo peor que le puede pasar a uno es no creer en nada. Quien no cree en nada se vuelve extranjero de la vida.”
“Hasta creo haber superado el momento halagador del aplauso para quedarme en la pura alegría del cantar, ahí encuentro yo toda la felicidad.”
Mercedes Sosa