Por estos días Ucrania sufre por el ataque bélico de Rusia y el mundo se hunde en el espanto de la guerra. Tierras arrasadas, personas mutiladas y miles de bellas historias truncas que se convierten en pesadillas.
Este será el primero de una serie de posteos que realizaremos en el blog en contra de la guerra. En PAMA (Poesía A Mano Alzada) estamos en contra de cualquier acción violenta que busque someter a un pueblo, que lo castigue, lo torture o lo mate. Entendemos que la poesía -como todo arte- es una expresión política y como tal apelamos a ella para dejar en claro nuestra irrevocable postura.
Un poeta de guerra
En esta oportunidad elegimos tres poemas del escritor, político y veterano de guerra, el nicaragüense Salomón de la Selva (1893 – 1959). De la Selva tiene una historia que está atravesada por la política, la violencia, la guerra, la lucha y la poesía.
De la Selva fue hijo de un abogado Salomón Selva, quien luchó contra la dictadura de José Santos Zelaya. Cuando él tenía 12 años, su padre fue arrestado y condenado a prisión. Al tiempo de ese suceso, Salomón se presentó ante Zelaya durante una visita del mandatario a León y le el pequeño le ofreció un discurso en el que recordó los derechos del hombre y del ciudadano. Semejante gesto de valentía llamó la atención de Zelaya. El dictador quedó tan sorprendido con el gesto del niño que ordenó la libertad del padre y le ofreció una beca para estudiar en los Estados Unidos, a donde se marchó con sólo 13 años.
Unos años más tarde De la Selva se alistó al ejército británico y participó en la Primera Guerra Mundial, sus experiencias y su mirada poética la vertió en un libro que llevó el título de: «El soldado desconocido» (1922), el cual contaba con las ilustraciones del artista plástico Diego Rivera. La experiencia en el frente de batalla generó un cambio en la voz literaria del poeta. Ésta se hizo mucho más social y crítica. Sus versos se hicieron más afilados y directos.
De esa obra elegimos tres poemas que nos hablan del horror de la guerra desde la primera línea de fuego.
En el plano literario, De la Selva fue uno de los referentes de las voces de habla hispana. Él fue uno de los primeros que introdujo la poesía posmodernista en Latinoamérica.
He visto a los heridos:
¡Qué horribles son los trapos manchados de sangre!
Y los hombres que se quejan mucho;
y los que se quejan poco;
y los que ya han dejado de quejarse!
Y las bocas retorcidas de dolor;
y los dientes aferrados;
y aquel muchacho loco que se ha mordido la lengua
y la lleva de fuera, morada, como si lo hubieran ahorcado!
(Heridos)
Porque me parecieron
pájaros que volaban las granadas, —
golondrinas de los atardeceres, —
me sorprendió como cosa de magia
ver que en donde caían
con un estruendo vasto, levantaban
espirituales árboles de tierra
maravillosos de troncos y de ramas.
En el ramaje aéreo de esos árboles,
escondido en el follaje de barro,
hizo su nido de un instante
un deseo olvidado:
Tal vez de dormir en medio de un bosque,
quizás de tener alas;
¡ tantos deseos caben en sólo uno
cuando se está casi muerto de cansancio!
Granadas
Este era zapatero,
éste hacía barriles,
y aquél servía de mozo
en un hotel de puerto. . .
Todos han dicho lo que eran
antes de ser soldados;
¿y yo? ¿Yo qué sería
que ya no lo recuerdo ?
¿Poeta? ¡No! Decirlo
me daría vergüenza.
Salomón de la Selva