«Mañana desaparecerá este pobre sol»
Alejandra Pizarnik
Así, arranca un poema inédito de Alejandra Pizarnik, la autora argentina que para gran parte de la crítica y del público es la mejor poetisa nacida por estas tierras.
El manuscrito de Pizarnik que se encuentra en la contratapa de los Cantos, un libro del escritor italiano Giacomo Leopardi (que se publicó por primera vez en 1831), nació una calurosa noche de verano de 1957. Cuentan, los que saben de la vida de Alejandra, que esa noche ella no podía encontrar el sueño y que empapada de la poesía romanticista de Leopardi, dejó que su mano atrapara un verso nuevo.
Este texto que contiene 28 versos y que no forma parte de la Poesía Completa de Alejandra Pizarnik comenzó a girar por redes sociales por primera vez en marzo de este año. El inicio de la cuarentena, fruto del coronavirus, alteró su libre andar. Quizás, por ello poco se supo de este material, que por aquel entonces se difundió como un nuevo poema.
¿Pero se trata de un poema?
Para Evelyn Galiazo, investigadora de la Biblioteca Nacional y que está armando desde hace una década el Archivo Pizarnik el texto que se dio a conocer en marzo de 2020 no sólo no es nuevo sino que, además, no puede ser catalogado como un poema.
“No es un poema inédito. No se lo puede llamar así. Es un papel importantísimo, sí, porque forma parte del laboratorio del escritor. Lo que muestra es cómo el escritor va luchando con esa lengua para encontrar la voz propia. Los poemas no son papeles que van quedando en el camino. Hay textos que son pre redaccionales como las anotaciones, que hay que saber diferenciar de lo que es un texto ya terminado. Incluso existen distintos estados de la corrección”
Evelyn Galiazo, en una nota publicada en Infobae
Pizarnik, con el sello de Leopardi
Es imposible leer las letras de un autor -y mucho más si es bueno- y no quedar, al menos por un rato, bajo su influjo. Sus imágenes, sus giros literarios, sus marcas o señales pasan a ser también del lector. Y Alejandra no fue la excepción.
Los analistas literarios encuentran en este texto de Pizarnik una indudable influencia de Giacomo Leopardi. El manuscrito contiene tonos que bien podrían ser de «derivación» leopardiana como el tratamiento del tema infinito, de la naturaleza y de la condición del ser humano frente al dolor.
«Allí donde Pizarnik escribe “este lento flotar vagar divagar estar” resuena el último verso de “L’infinito”: “e il naufragar m’è dolce in questo mare” (“y naufragar en este mar me es dulce”[4]). Aún con mayor fuerza, los términos “sol”, “desierto”, “soledad”, “cielo” y “arena” podrían remitir al icónico poema “La ginestra o il fiore del deserto”.
Lucía Resnicoff / fuente: «Hablar de Poesía»
El fetiche de Pizarnik
Como muchos escritores, Pizarnik utilizaba habitualmente las contraportadas de los libros para escribir ideas, versos o poemas. Ella, además, solía escribir en páginas de colores y hojas cuadriculadas sueltas.
Dicen que todos los escritores tienen algún fetiche para encontrarse con sus letras. Para algunos ellas llegan gracias a la ayuda de lapiceras de pluma, lápices o bolígrafos. Para otros, éstas suelen venir de la mano de alguna bebida espirituosa o de alguna infusión. Pizarnik, por ejemplo, necesitaba tener un vínculo con el soporte: con la casa natal de las letras. A tal punto, que ella solía pedirle a sus amigos que emprendían algún viaje que le trajeran cuadernos «especiales» para sus escritos.
“Mañana desaparecerá este pobre sol
Yo me volveré
con descuido / de ser todo lo que soy
porque la fe en el sí misma
no existe
Ningún desierto es perdurable
ninguna soledad sin motivo
ningún lugar es apto para refusilarse
solo las flores son libres ellas saben morir
y yo no / conozco ni este cielo ni esta arena
solo las huellas húmedas
el pis caliente / sí como una piedra culpable
adiós mi adiós te amo vilmente no olvides
de mi sangre las palabras de mi sangre
maldita / miseria
que con dinero y pan aún castiga
como un deseo frente a la noche del verano
como / el viento hijo de puta que me arrastra
no quiero que me lleven quiero nada estarme
nada / conocido nada por conocer
sino este lento flotar vagar divagar estar
dejar / que los perros laman mi
cerebro yo yo ser yo y estar en ti
en ti / calcula el recuerdo en estocada fatal
en tu medida la que sirve de patrón para la
herida / de aire en mi corazón
oh tú ten piedad de mí XXX[3]
tú odiado tan amor oh mío”
Alejandra Pizarnik
Texto inédito fuente: Hablar de poesía