Ellos pertenecerán a la «Generación de la pandemia». Nosotros los elegimos desde PAMA como generadores de nuevas voces que, a pesar de que para los espacios de difusión literaria, no sean dignos de tomar en cuenta, piden a gritos ser escuchados desde ese encierro inusitado.
Son estudiantes de Escuela Media y están transitando esta cuarentena en sus casas, como pueden, con contextos desfavorables por donde se los mire. De todas formas, sus docentes apuestan a que utilicen la escritura como herramienta para, además de abordar una práctica dentro de los contenidos de Lengua y Literatura de 5°año, expresar sus emociones o pareceres acerca del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
A Ariel le gusta tocar la guitarra y escuchar música. Extraña salir y compartir momentos con sus amigos. También. «un poco la escuela».
Perdón, no quiero escribir sobre la soledad, porque no me siento solo. Ni de la distancia, porque he estado más lejos. Del encierro tampoco, porque es tan normal como cualquier cosa diaria.
Si me condicionás el cómo tengo que hacer mi poesía, entonces no va a ser tan mía. Pero es un poco al pedo, porque en lo que menciono no hablar de nada, ya hablo de eso diciendo que no quiero hablar de eso.
Pero para descondicionarme un poco más, voy a usar las palabras que me faltan para poder escribir lo que quiero: Voz, Boca, Ahora, Casa.
Entonces ahora sí puedo explicarte.
Que me siento un poco perdido. Todos estamos un poco desorientados, pero, loco, ¿no estuvimos más perdidos? No me suena a fin del mundo. Nada más me faltan un par de abrazos.
Esta parte me costó, porque no tengo ganas de dedicarle cartas a la angustia. Soy más de mirar los puentes y pensar que si me tiro me voy a reír del golpe. Un golpe de risa, ¿entendés?
Y es que a veces estoy tan alegre, y tengo tantas dudas que me río cuando el de al lado está llorando. Igual, no creo que esté mal. Porque, si quiero, puedo llorar de alegría.
¿Pero sabés que nunca lloré de la risa? A veces estoy tan alegre, que no puedo estar feliz. Pasa porque la alegría es un estado y la felicidad una condición.
Por eso las personas alegres se entristecen cuando no tienen por qué alegrarse, y las tristes se le ríen, deliran a la alegría. Y así, los alegres lloran en soledad, y los tristes se acostumbran a la alegría ajena.
Me acuerdo que de chiquito lloré un montón de veces y me reía al mismo tiempo. No me acuerdo si empezaba riéndome o llorando.
Pero era igual: no entendía nada.
Y todavía pasa, ¿sabés? Eso de llorar y quererte reír, eso de reírte y querer llorar. Es tan boludo como… no sé. Pero es boludo.
Ariel
(Esas dos cosas boludas)
A Rodrigo también le gusta escuchar música. En estos tiempos de encierro, saco fotos, salgo a la terraza y tomo un poco de sol por la mañana. Hace un mes y medio, más o menos, empecé un especie de rutina: hago ejercicios y estoy estudiando Inglés, lo empecé desde 0. Gracias a esto, creo que llevo bien la cuarentena. ¿Qué extraño?…extraño la sensación de poder salir sin problemas ni preocupaciones.
Palabras que, en estos tiempos, son más fuertes
palabras que desafían y someten a la humanidad
palabras que, como todas, son inertes
palabras que cobraron vida en esta realidad.
Distanciamiento, encierro y soledad
actualmente son lo cotidiano
productos del covid que, ahora, no es banalidad
y que pronto, con paciencia, será superado
Distanciamiento, encierro y soledad,
esas palabras seguirán existiendo
pero lo que representan en la actualidad
solo… quedará como recuerdo.
Rodrigo
(Distanciamiento, encierro y soledad)
Cuando se enteró de que PAMA publicaría su texto nos pasó un seudónimo: M.L Unknown, y nos contó: Compongo y produzco mi propia música. Escucho rap desde que tengo memoria. Pinto bajo el seudónimo de Grow y el de mi crew la Osc, repartiendo arte sucio,
Lo importante es la esencia y mantenerlo real.
Madrugada:
el encierro es solo físico.
Dentro de la soledad, a base de unos auriculares pude crear mi propio paraíso
aunque no todo es bonito.
Uso las paredes como recipientes para mis palabras, normalmente se quedan calladas.
Creo ritmos con agujas de tic toc, el tiempo es un misterio tal como lo hay debajo de la cama.
Guiado por la combinación de vibraciones y sonidos, exprimo mis ideas a fondo y trato de escupir mis sentimientos en una hoja en blanco mientras escribo.
Es tarde, las horas corren y sigo con mi postura de no perder el equilibrio.
Ya no sé qué día es hoy, solo sé que es otra madrugada más y en mi cara, energía implacable del sol. Amaneció.
M.L.Unknow
Leé también:
La voz de la «Generación de la pandemia». Poesía en la escuela. Parte 1
La voz de la «Generación de la pandemia». Poesía en la escuela. Parte 2
La voz de la «Generación de la pandemia». Poesía en la escuela. Parte 4