Para este 24 de marzo elegimos tres textos que llegaron de la mano de la nueva convocatoria de PAMA y de Noche de Letras 2.0 para sumar textos al Especial de Memoria, verdad y justicia. En esta oportunidad son textos de tres latitudes diferentes y que proponen distintas voces literarias.
Tres voces poéticas para una historia que aún duele
Conrado Gabriel Bonecco es cantautor, él se define como: «Un hacedor de canciones por fuera de los mercados comerciales». Bonecco escribe poesías y cuentos. Sus textos forman parte de cinco antologías entre las que se destacan las publicadas por: Editorial Palíndromus (de Venezuela), la del Municipio de Quines (de San Luis) y la de la Universidad Nacional de la Matanza. Entre sus planes para 2022 el autor prevé publicar dos libros de poesías.
Se desprenden montañas
de deseos.
Gimen entre ellas.
Se encorvan.
Se retuercen gozando
en nuestras cuevas y planicies.
Se curvan.
Precipitan su innata inocencia.
Tiemblan.
Necesitan de nuevo
las lluvias…
Desahogarse en el libre
albedrío compartido.
Reconocer sus agujeros
y vacíos.
Sus fragancias de mares
ausentes.
Renovarse perdiendo dolores
y espinas.
Se funden.
Conrado Gabriel Bonecco
(Presentes)
Desde La Plata, Susana de Iraola de Ringuelet, nos comparte un texto que busca construir memoria.
Se que suenan
campanas de azafrán espirales de ronda
se que vuelan sus risas
se alargan en el giro los vestigios
de cristal en la boca
las arenas
resguardan los secretos
arrullan en silencio las palabras
que fueron
papeles en el viento
flotando sobre el lomo leonino
de las aguas.
Sé que abren los ojos
que sellaron los bordes del abismo
brillan pañuelos blancos
enjugan cada lágrima en la ausencia
sé que encienden
fulgor de un nuevo rumbo
titilan se alejan renacen estallan
sin encontrar la calma
ni el perdón ni el olvido
nunca.
(Luces de un nuevo mundo)
De su próxima producción literaria Leandro Murciego nos comparte un texto en el que presenta a la memoria como una construcción de todas las caras, de «El escorpión. Y también, la rana».
Este país es una metáfora maldita.
Un verso roto y disonante.
El llanto mudo de los que dejaron de ser vistos.
El escorpión. Y también, la rana.
Este país de silencios mal habidos;
de subvertidos órdenes;
de Madres y Abuelas que duelan a sus pibes,
escribe su historia con sangre y carne quemada.
Este país de entregadores y entregados;
de pastos que crecen entre baldosas,
de ríos secos que devienen en grietas,
hace años que ensaya juegos de manos
y que avanza
a paso redoblado.
Leandro Murciego
(Juegos de villanos)