Los que peinamos canas sabemos que las pelotas de fútbol, antiguamente, eran casi un bien de lujo. Un juguete para pocos que era compartido entre muchos. En ocasiones la única salida para aquellos que se la rebuscaban con el fútbol -tratando de gambetear árboles, esquivar adoquines y baldosas levantadas o rotas- era la pelota de trapo.
A ella, justo a la pelota de trapo, está dedicada la quinta entrega de Secretos del cordón de la vereda, la columna que comanda desde este rincón de PAMA
(Poesía A Mano Alzada) Héctor Celano.
Este espacio se publica los martes en este sitio y que se difunde por medio de los perfiles de Instagram (IG) y de Facebook, de ambos proyectos busca realzar la infancia, la amistad y el barrio. Tres temas que parecen haber sido olvidados en los últimos tiempos.















Deja un comentario